Las mentiras siempre nos quedaron tan bien. Y sos tan patético que nunca te animaste a ir de frente con la verdad, tanto que me enseñaste a ser una mentirosa por y para vos. Mentirte a vos, mentirle a los demás por vos. Que injusto que se torna pelear contra la corriente. ¿Para qué seguir luchando? Si lo que nos da, lo aprovechamos muy bien. Unas horas por semana entre cuatro paredes despabilando hasta los muertos y haciendo temblar el suelo. Y vos seguíle mintiendo, que yo te tengo como mi gurú. Y de las mentiras podemos sacar alguna que otra verdad, por ejemplo, la traspiración entre sábanas.. Eso sí que es puramente la verdad..
martes, 4 de enero de 2011
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