No me gustan las mentiras. Menos las tuyas. No es justo que sigamos entre la espada y la pared. ¿Hasta cuándo, bichito? ¿Siempre vamos a jugar a este triángulo enfermizo que solo provoca malestares? Y no voy a jugar a quién te quiere más, eso es una pendejada. Solamente vos y yo conocemos el límite del amor que te tengo, y es justamente que tal límite no existe, de lo contrario ya estaría muy lejos de acá. Y perdon si no me tomo la molestia de llamarte, prefiero que disfrutes tu estadía en la lejanía y cuando vuelvas pasaremos factura de todo, corazón. No quiero más hipocresía, por favor..
jueves, 6 de enero de 2011
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