Es cierto que estoy cansada de tanta hipocresía, de tanta mentira. Nadie es capaz de hablar de verdades en esta historia, pero es tiempo de que empiece a hacerlo (nuevamente).
Porque no soy la única ciega de en este cuento. Ella creyendo tus mentiras, esas que usas para tapar cada vez que alguien me relaciona con vos. ¿Acaso, contenta no te cree, ilusa de que pasamos tantos momentos juntos hasta el día de hoy?. ¿Acaso no es capaz de ver más allá de las historias que le inventas, de las veces que le negas, que ya no existo en tu mundo?. Soy una espina clavada en su relación, (una espina más de tantas), pero la más resistente de todas, la que permanece, la que no deja de estar. Podría decirse, sí, la bruja del cuento, pero una bruja bastante persistente. Y no lo hago por maldad, lo hago por amor.
Y vos, ciego con vos mismo, sin aclarar tus propios sentimientos, pensando que la tranquilidad es una forma de felicidad. MENTIRAS.
Y yo, ciega como loca, esperando cambios, esperando milagros, esperando cosas de vos que nunca fuiste capaz de darle a nadie. Porque tenes miedo. Miedo a jugártela, miedo a salir lastimado, miedo al famoso y estúpido qué dirán.
No hay peor ciego que el que no quiere ver, y en esta historia ya hay tres ciegos..
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